Entrevista a Ana Vargas de SOLO ACEITE

SOLO ACEITE ES EL EJEMPLO DEL TRABAJO SERENO, FUGAZ Y DIVERTIDO QUE HAY DETRÁS DE UNA BOTELLA BONITA.

Detrás de una botella bonita o una etiqueta que encierra la lírica de un territorio, está el esfuerzo de varias generaciones. Es el caso de SOLO ACEITE.

Un proyecto de los hermanos Juan y Ana Varga que tiene su origen en Baños de la Encina, Jaén, donde vivieron una infancia en contacto con el campo. Fue allí donde descubrieron conceptos casi mágicos como origen, madrugada, cosecha, según nos cuenta Ana Vargas, “es la parte aspiracional y bonita del campo, representa el trabajo incansable de nuestro abuelo”.

Todo comenzó en 2019 como un tributo a la dedicación de nuestro abuelo y nuestra familia. “Decidimos embotellar toda esa sabiduría, ese patrimonio de cariño encerrarlo en una botella bonita y una etiqueta que representara el esfuerzo por cuidar y trasmitir valores esenciales”.

En el campo hay componentes como el frío, el sueño, el cansancio, la incertidumbre y cuando conoces eso, te engancha. Apunta Ana: “Pasa de ser un juego a ser una vocación. El ritual de ver salir el aceite en la almazara, tocarlo, olerlo… enamora”.

La sensibilidad gastronómica y artística de su hermano Juan es el maridaje perfecto con sus conocimientos de comercio internacional y márquetin que ella representa. “Nos encanta estudiar, formarnos. Nos encanta hablar con otros agricultores, estrechar vínculos con otras prácticas, descubrir nuevas variedades y ver sus posibilidades”

El mundo del aceite está gestando proyectos maravillosos y ambiciosos en cuanto a investigación, señala. “Hay que combinar teoría y práctica. Estamos cooperando con pequeños agricultores y estamos descubriendo otras las variedades autóctonas, un mundo apasionante y la idea es hacer como se ha hecho con el vino en nuestro país, ampliar la cultura que rodea al complejo mundo del aceite”.

Tanto Ana como Juan se han visto sorprendidos por la aceptación que ha tenido su más reciente proyecto: FUGAZ, un aceite lleno de matices casi sin filtrar. Según describe Ana, se llama FUGAZ porque “es el inicio de la cosecha, tiene esa parte de la alegría, la tensión contenida en el último mes del proceso, requiere cuidado, porque tiene todo el poder de la tierra en bruto; al ser una cosecha más corta es un aceite menos estable, de ahí la palabra fugaz, es perecedero”. Ante el éxito y el tirón de Fugaz, están pensando en repetir la experiencia.

Respecto a su llegada a la PLATAFORMA VERDAZ, Ana nos asegura estar encantada: “Nos gusta que nuestro aceite esté en lugares que respetamos, eso le da sentido al concepto “aceite ético”, porque apela al trabajo directo con la tierra, al trabajo en familia, y nos permite elegir a nuestros clientes”.

Para Ana Vargas es muy importante estar en lugares donde se respeta la elección de los ingredientes ya sea en restaurantes o tiendas, “nos gusta saber cómo se llaman, es una filosofía del trabajo, es cómo quieres que tu hijo gastronómico viva en el mundo, crezca y se desarrolle”.

Estamos encantados de estar en la plataforma VERDAZ PORQUE NOS CUIDA y tiene respeto por lo que hacemos y cómo lo hacemos. Nos encanta el nivel de detalle que pone en todo el proceso desde querer conocernos hasta entender por qué hacemos las cosas y cómo las hacemos. Verdad es un paradigma del LUGAR EN EL QUE ESTAR que nos visibiliza tal y como queremos.

La sostenibilidad no es de boquilla, apunta finalmente, “si vas al origen es una palabra bonita que suena a verdad, somos muy fieles a esa filosofía. Todo el ecosistema donde vive la planta, cómo cuidas y tratas al olivo es fundamental, es básico”. Cómo se recoge la aceituna es fundamental para la cosecha siguiente, es un reto para los que recogen la aceituna en verde, algo que aporta muchos matices, “hay que tener en cuenta que el fruto está todavía agarrado al árbol, es un reto recogerlo porque hay que intentar no dañarlo, por ello usamos guantes vibradores y vareamos, pero con exquisito cuidado para no dejar exhausto al árbol”.

La calma es marca de la casa: “hacemos las cosas con serenidad con el árbol, pero también con el cliente y el distribuidor. Todo va con calma hasta que empieza la cosecha y empieza el rocanrol. Vamos poco a poco sin necesidad de arriesgar, pero aprendemos mucho porque no dejamos de formarnos y aprender.

Somo Pequeños para valientes, un hashtag que empezó como una broma, “pero que nos ha servido de hilo conductor para llegar y albergar a negocios conscientes de quienes son, de lo que quieren ser, es aglutinar a gente que vive en un mundo pequeño”.

En el último año SOLO ha dejado de estar en ese mundo pequeño, ha traspasado sus expectativas doblando el número de lugares en los que está presente, “ha sido la confirmación de la marca, estamos en Donosti y Madrid que son la base, pero también en Cádiz, Sevilla, Galicia, y vamos a llegar a Australia, la exportación es un gran reto, nos da vértigo porque significa mucho, pero es donde debemos enfocarnos”.

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