En nuestro artículo sobre qué es el slow living, respondíamos a la pregunta: ¿cómo lograr bajar el ritmo de tu vida y disfrutar cada momento?
El slow living promueve un disfrute y consumo sostenido y sostenible en el tiempo, que no genere un impacto medioambiental elevado, por lo que aboga por el consumo orgánico, local y no procesado de productos.
En definitiva, el slow living tiene por discurso el consumo respetando el planeta.
Con todo, proponemos diez hábitos y reglas para disfrutar de la slow life e incorporar:
- No a la rutina, sí a los rituales.
Piensa en las acciones que realizas antes de ir al trabajo o a clase, y piensa en ellas como un ritual de relajación mental. Disfrutarás de ti mismo y de lo que te rodea, desde preparar el desayuno y hacer la cama, hasta incorporarte a tu puesto de trabajo.
- Cocinar y comer sin distracciones.
Cocinar también es un placer en sí mismo. Debemos darle la importancia que se merece a comer, y no comer en 5 minutos, mientras trabajamos o vamos de un lugar a otro. Una práctica que recomendamos desde Verdaz es cocinar en cantidad y de forma planificada para toda la semana. Así, tendremos tiempo para disfrutar de la comida y podremos evitar recurrir a alimentos procesados.
- Desconecta de las redes sociales y la televisión.
Pasamos horas y horas delante de las pantallas, olvidando por completo las relaciones sociales y conversaciones reales con las personas que nos importan. Dosifica el tiempo que pasas consumiendo contenido en las redes sociales y en televisión. Recuerda: siempre hay alguien dispuesto a tomar un café y comentar el fin de semana.
- Meditación.
Disfrutar del silencio es algo que normalmente ignoramos. En Verdaz, recomendamos meditar durante 10 minutos antes de iniciar la jornada laboral y respirar profundo, con el objetivo de tener una mente más clara y preparada para afrontar nuestro día.
- Disfruta de la naturaleza.
Contemplar la majestuosidad de la naturaleza hace que nuestros problemas del día a día pasen a un segundo plano. Un paseo de 20 minutos por el campo o por un parque
- Apuesta por el kilómetro cero y el pequeño comercio
Es necesario, tanto para la propia naturaleza como para la sociedad y su economía, ser conscientes de los procesos que se llevan a cabo con la producción de alimentos, textiles y productos de decoración de forma masiva. Debemos optar por el pequeño comercio para así favorecer la revitalización y el estímulo del tejido económico local.
- Ordena tu vida.
Es importante mantener siempre ordenado y limpio nuestro hogar e incluso nuestro lugar de trabajo o estudio. Esto se reflejará también en un mayor orden en nuestra vida.
- Evita el estrés
Evitemos que el estrés nos invada desde primera hora de la mañana.
- Aprecia cada detalle.
El ritmo acelerado de vida que llevamos nos impide apreciar los detalles de nuestro día a día. Párate a apreciar ese trayecto al trabajo o a casa, esas flores del parque, ese café que tanto deseabas o esas nubes del cielo.
- Practica la asertividad.
Ser asertivo/a implica aceptar el posible rechazo, practicar la tolerancia y trabajar la empatía.
¿Cuántos de estos hábitos ya has incorporado a tu vida? ¿Cuáles son los próximos? Slow living también es incorporar estas reglas y hábitos de forma pausada, sin prisa, a tu ritmo.
Merece especial mención que una vida “slow” no supone bajar la productividad laboral o personal. Se trata de vivir de otra manera. Se trata de saber parar para apreciar todos los matices que nos brinda la vida.